sábado, 8 de marzo de 2014

EL MOVIMIENTO DE APRENDIZAJE EN LIDERAZGO DESDE EL COACHING PASTORAL

Desde ya hace muchos años la formación y el entrenamiento de los nuevos líderes viene siendo fragmentada por respuestas inmediatistas que sólo crean expectativas momentáneas y no perdurables ni mucho menos sostenibles. La influencia de las ciencias de la administración y algunas propuestas de corrientes psicológicas han dominado el ser y quehacer del líder moderno. La educación básica y superior no responden muchas veces a los nuevos retos que nos plantea esta sociedad líquida y del conocimiento. La influencia de la “nueva era” ha suscitado experiencias en la persona donde la respuesta a lo divino se entremezcla con respuestas panteístas, reduciendo nuestra mirada de Dios a un mero influjo de energía cósmica sanadora-mágica, desnaturalizando el sentido de la fe a una relación de corte sentimentalista y no “fides quaerens intellectum”, una fe que busca ser comprendida. Como resultado hemos llegado al extremo de ensalzar al “Super Hombre” como único “hacedor” de su felicidad. Nada más falso y contradictorio.


El Coaching Pastoral quiere ser una respuesta oportuna a esta realidad, buscando “liberar el potencial de las personas y despertar el liderazgo transformador cristiano, maximizando de esta manera el nivel de logro en la esfera personal, comunitaria y profesional”. El movimiento de este nuevo coaching es “de adentro (convicción=ser) hacia afuera (acción=hacer)”, desterrando toda creencia limitante que impide una eficiente gestión del líder pastoral, que busca transformar el mundo con la novedad del Evangelio desde no sólo su liderazgo, sino su “testimoniazgo”. Los enfoques de entrenamiento del liderazgo de ahora, en su mayoría me atrevería a decir, son de afuera (sólo acción), hacia adentro (poca convicción), saturando al líder sólo con herramientas e instrumentos no explotando su potencial y creatividad como hijo de Dios: SE BUSCA PLANTILLAR AL LÍDER. El Coaching Pastoral genera una “metanoia pastoral”, cambio de mentalidad en el enfoque reduccionista e inmediatista del liderazgo pastoral en todas las dimensiones y etapas de la vida del cristiano. Genera “creatividad inspiradora”, “comunicabilidad armónica” y “operatividad transformadora”. El Coaching Pastoral NO ES Psicoterapia, NO ES Acompañamiento o Dirección Espiritual, NO ES Catequesis. ES ENTRENAMIENTO. Enriquece la catequesis buscando respuestas proactivas en el liderazgo del catequista y genera herramientas creativas para el acompañamiento de personas. EL COACHING PASTORAL ES “ENTRENAMIENTO” PARA LA VIDA, DESDE EL SER PARA EL HACER CON CONVICCIÓN. Tocamos “el ser del líder” desde la experiencia del “aprendizaje transformacional” (nueva forma de aprender que busca en la persona abrir posibilidades, para generar nuevas respuestas donde antes no las había) y desde el reencuentro vivificador con Jesucristo, desterrando toda creencia limitante que impide que aflore el verdadero liderazgo. Hacemos que en líder explote armónicamente todo su potencial, pues ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, llamado a ser señor y dueño de la Creación. Propugnamos un liderazgo centrado en la ética y en los valores desde el liderazgo transformador de Jesucristo, el Buen Pastor, que nos invita como líderes de Él a “Ir por todo el mundo haciendo discípulos” (Mt. 28, 19).


BUSCANDO EL ADN DEL LIDERAZGO CRISTIANO*


     Se es líder no por mérito, sino por un “llamado” especial de Aquel que siempre nos llamó y amó, Dios. En la Sagrada Escritura, tanto en el Antiguo Testamento (AT) como en el Nuevo Testamento (NT), descubriremos la llamada de Dios a líderes concretos, en situaciones específicas (Ver AT: Gén 12, 1-9; Ex 2, 24-4,18; 1 Sam 3, 1-11; Is 6, 1-13; Jer 1, 1-19; Ez 1, 1-3; 2, 1; 3,11. Y Ver NT: Mc 1, 16-20 ; Mt 9, 9; Mc 3, 13-20; Mt 19, 11-12; Lc 18, 18-23; Mc 8, 34-37; Lc 18, 28-30; Lc 10,1-20; Mt 28, 18-20; Jn 1, 35-51; 13, 34-35; 15, 14-17). Y si prescindimos del Dios que nos llama y ama “desde” y “para” nuestras comunidades, podemos hacerlas sucumbir cual castillo de arena se desmorona por la inestabilidad de sus bases o por el viento que apremia (Ver: Mt 7, 24-27). 

     Comúnmente definimos el liderazgo como “la capacidad de ejercer influencia sobre los demás en vista a alcanzar un objetivo”. Es cierto, el líder influye sobre otros, pero ¿qué tipo de influencia utiliza sobre los miembros de las organizaciones, sobre los miembros de nuestra comunidad? ¿Será una influencia positiva que humanice, que libere al hombre? ¿O será una influencia negativa, castrante, dominante, que esclavice a la persona no pudiendo ella liberar su potencial y realizarse plenamente?

     No basta con influir, hace falta que el líder goce de principios y de valores, de una “ética para la vida”, de una “ética desde los valores”. Sólo así tendremos líderes que “inspiren”, que “transformen” la realidad, que generen un cambio sustancial en las instituciones, logrando alcanzar los propósitos más nobles y trascendentes que el mundo actual necesita. En el corazón del líder y en la fe inquebrantable que él posee habitan estos principios, estos valores, esta ética que animarán y provocarán el cambio deseado (Ver: Mt 6,21). 

     Declaramos, con fervor y convicción, que el líder tiene un modelo a seguir, de donde recoge la esencia de su liderazgo: Jesucristo, “Camino, Verdad y Vida” (Ver: Jn 14, 6). “Sólo un liderazgo centrado en la ética y en los valores desde la perspectiva del liderazgo transformador de Jesucristo, hará cumplir nuestra misión”.

     Para validar lo anterior, advertimos, que “la misión del líder no puede prescindir de la comunión”. Sin ella sería una simple tarea sin corazón, sin espiritualidad, sin mística, por consiguiente, sin vida. Estamos “llamados a vivir en comunión para salir a la misión” como reza el lema de la Diócesis de Lurín en Lima-Perú. No podemos ejercer un liderazgo desde Jesucristo si no vivimos esa unidad trinitaria que Jesús vivía con su Padre, “para que el mundo crea” (Ver: Jn 17, 21). La Comunión (Koinonía) habla del modo fundamental y del proceder del líder cristiano al ejemplo de Jesús y de las primeras comunidades (Hch 2, 42-47) para que se diga de nosotros como se decía de la iglesia primitiva por testimonio de Tertuliano, “¡Mírenlos como se Aman!”.

     No pretendemos agotar en esta líneas todo el tema del liderazgo cristiano, ni mucho menos de esta nueva iniciativa del coaching pastoral. Pero sí, diremos, que las siguientes reflexiones de forma propedéutica quieren animar, capacitar, entrenar, fortalecer y motivar a los líderes cristianos en los ambientes donde se desempeñan, cualquiera fuera su ministerio y estado de vida. A continuación de forma sencilla y esquemática hablaremos sobre el “Coaching Pastoral y el Liderazgo Transformador”, para después reflexionar sobre “Jesucristo, Modelo de Líder Transformador”, enfatizando un aporte (tesis) especial de este humilde autor, sobre el proceso del liderazgo transformador de Jesucristo desde la perspectiva de la Sagrada Escritura. Al final descubriremos la forma peculiar del Señor, Jesús, para “hacer líderes” (entrenadores de líderes: “Coach´s Pastorales”) desde la experiencia del seguidor, del discípulo...

     “El líder cristiano es un hombre de comunión para la misión”...

    “El líder cristiano es un líder de cohesión, pues esta energía transformadora vitalizará su quehacer cotidiano”...

    


*ARTURO REYES: Del Libro, "COACHING PASTORAL, Hacia la Plenitud de Mi Potencial" (Volumen 1 de la Trilogía de Coaching Pastoral).

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